Datos personales

San Fernando, Buenos Aires, Argentina
profesor de Lengua, Literatura y Latín

miércoles, 4 de marzo de 2009

Se vende destino con defectos de fábrica


-¿Qué hay en la caja?

-Tu destino – respondió el hombre de gabardina gris.

Rosauro Patrimonio Acébal corrió el colectivo, pero no lo alcanzó. Tenía la mala costumbre de levantarse tarde todas las mañanas. La fábrica quedaba a unas diez cuadras de su casa, por lo que decidió caminar. No había dormido bien. Una discusión con su padre el día anterior le impidió conciliar el sueño, de modo que se mantuvo en vela hasta eso de las tres de la madrugada, pensando en el asunto. “La verdad es que el viejo me tiene podrido”, concluyó luego de darle vueltas al problema. De pronto, halló una caja abandonada justo al doblar la esquina, como si estuviera esperándolo. Miró hacia todos lados, pero no vio a nadie. “Y si ningún fulano o fulana anda reclamándola, me la quedo”, pensó. La levantó y se dio cuenta de que no pesaba nada. Liviana, ligera como una pluma. Apoyó la oreja en ella, como para adivinar su contenido. Silencio. La sacudió y no oyó ningún sonido, como si estuviese vacía.

-Esa caja es suya – dijo un hombre. Apareció de la nada. Un hombre de gabardina gris.

-No, no es mía. La encontré tirada en el suelo – replicó Rosauro.

-Esa caja es suya

-¿No me escuchó? La encontré en el suelo.

-Y yo le digo que es suya.

-¿Qué hay en la caja?

-Tu destino – respondió el hombre de gabardina gris.

- ¿ Y qué tipo de destino es? – preguntó Rosauro.

-Es algo que usted deberá averiguar. Si la abre, se va a enterar – y agregó -. Claro, puede que sea un destino de ganador de lotería, o de hombre exitoso entre las mujeres; tal vez, el destino de un hombre mediocre o el de un desocupado.

-Sí, es un riesgo – dijo Rosauro. Y agregó – .Aunque mi destino, el que ya llevo encima, es bastante mediocre. Y en la fábrica están por echar gente, y todos dicen que mi puesto desaparece, así que pronto seré un desocupado. De modo que, si este destino es un poco mejor que el que tengo puesto, tal vez me vaya mejor en el futuro. Quién sabe...

-No es un mal razonamiento – dijo el hombre de gabardina gris.

-Y si tengo suerte, tal vez sea el destino de un hombre de fortuna, ganador con las mujeres; o quizás piloto de fórmula uno o dueño de una fábrica. La puta que es una lotería la cosa esta...

-No estaría nada mal – dijo el hombre gris. Y agregó – Tal vez debería quedarse con la caja.

-Sí, tal vez debería quedármela – concluyó Rosauro.

Puso la caja bajo al brazo y saludó al gris amablemente, quien con un leve gesto sonriente, le hizo una caravana de despedida.

Y Rosauro encaró para la fábrica, feliz, lleno de esperanzas, con su destino de parricida bajo el brazo.


1 comentario:

  1. ¿Rosauro Patrimonio Acébal era un parricida?
    ¿Por qué no me contás esa parte?

    ResponderEliminar