Soneto de los días
¿Qué quedará de mí cuando me vaya?
¿Mis libros que leí cuando la vida?
¿Mi guitarra sola de mies dormida?
¿Mi voz que en cada tarde un verso ensaya?
¿Qué quedará de mí cuando se calle
el último grito de la madrugada ?
Abrirá su silencio la alborada
y ni un rumor de mí habrá en la calle.
Ni el niño, Amor, que en vos ardía
y corría en la sombra de mi ceño;
ni aquel beso fugaz cuando llovía...
Polvo y viento hoy lo que ayer fue leño.
Nada quedará de esta vida mía.
Ni nuestro amor, mecido por tu sueño.
Marcelo Jaurane
Encerrar en la forma un fondo; apretar una emoción en la cláusula cerrada, como si atesorara un gorrión entre las manos; ver a Roma con ojos de niño, fraguando un adjetivo con la ternura con que un payaso se inventa una máscara. Con tanta poesía de versos libres, me atrevo a la esclavitud de la forma. Es el cepo estético el que me lleva por caminos desandados, por caminos que otros ya han hecho. Y mi voz es apenas un rumor entre tanta algazara de belleza, pero es una voz al menos.
Datos personales
- marcelo Jaurane
- San Fernando, Buenos Aires, Argentina
- profesor de Lengua, Literatura y Latín
domingo, 11 de agosto de 2013
Etiquetas:
sonetos
profesor de Lengua, Literatura y Latín
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