Para Chavela Vargas, por su luz desangrándose en el canto. En tu memoria, por tu ausencia innecesaria...
I
Chavela, tu última copa
Cuando a Chavela se le quiebra el canto,
su corazón de a trinos se derrama.
verso a verso se va urdiendo la trama
de su voz como tejida por un llanto.
Va creciendo su hermoso desencanto
con cada verso que su voz declama:
un gorrión crucificado en la rama,
astillándose quebranto tras quebranto.
Su copla dolorosa se deshila,
su himno desolado se levanta,
su corazón en trinos se destila...
Nada. Silencio. Chavela ya no canta.
Las sombras, en un vaso de tequila,
quebraron el gorrión de su garganta.
II
Chavela en su infierno y en mi alma
¿Adónde van los santos pecadores?
¿Adónde, su esperar desesperado?
¿Tequileando, quizás, por su pasado?
¿O por su amada, amor de sus amores?
¿Adónde van las reinas de las flores
grises con su cantar enamorado?
¿Adónde, con su verso desangrado,
libres ya de la vida y sus horrores?
Viviendo al borde sus abismos,
tuvieron por patria sus soledades
y siempre en batalla consigo mismos.
No sé cuáles serán sus heredades:
sólo sé que en el salmo de sus sismos
yo descubrí su infierno en mis verdades.
Marcelo Jaurane
Encerrar en la forma un fondo; apretar una emoción en la cláusula cerrada, como si atesorara un gorrión entre las manos; ver a Roma con ojos de niño, fraguando un adjetivo con la ternura con que un payaso se inventa una máscara. Con tanta poesía de versos libres, me atrevo a la esclavitud de la forma. Es el cepo estético el que me lleva por caminos desandados, por caminos que otros ya han hecho. Y mi voz es apenas un rumor entre tanta algazara de belleza, pero es una voz al menos.
Datos personales
- marcelo Jaurane
- San Fernando, Buenos Aires, Argentina
- profesor de Lengua, Literatura y Latín
jueves, 3 de octubre de 2013
Etiquetas:
otros sonetos
profesor de Lengua, Literatura y Latín
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